Revista El Observador

A nadie se le escapa que con una población de 55 mil habitantes durante el invierno y quizás el triple en verano, solo con un atascado centro de salud en San Pedro Alcántara y un diminuto consultorio en Nueva Andalucía, la calidad sanitaria del pueblo dista mucho de estar a un nivel medio europeo. Más bien nos tendríamos que comparar, como en otras muchas cuestiones, con países del Magreb o la India. Con todos mis respetos sea dicho. Es por ello que con tanto éxito han ido apareciendo centros privados donde disponer de forma casi inmediata de todos aquellos servicios que nos niega la Administración o, en el mejor de los casos, nos presta pasados varios meses del inicio de nuestras dolencias. Recordemos igualmente la paralización de la ampliación del Hospital Costa del Sol que aun sigue empantanada.

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Y es que, al director del distrito de San Pedro Alcántara, no se le ha ocurrido nada mejor que acusar a los vecinos de las inundaciones producidas estas últimas semanas en diferentes barrios de la localidad. Sobre todo, en la zona sur de la avenida de la Constitución. Creo que la canción se la han repetido en innumerables ocasiones durante la Feria del pueblo.

En una nota de prensa fechada el pasado 9 de octubre, para que no digan que interpretamos las palabras del chusco [3ª acepción R.A.E.] mandatario, dijo textualmente: “A pesar de la situación tan complicada de esta calle cuando llueve, los vecinos no estuvieron dispuestos a soportar un año más de obras”, en referencia a las que hacen falta acometer desde hace años para solucionar las múltiples inundaciones de garajes y comercios situados al final de la citada Avenida de la Constitución y Hermanos Álvarez Quintero. Inexplicable, si no se conoce el funcionamiento del alcantarillado de San Pedro Alcántara, que otras zonas del pueblo completamente inclinadas hacia el Sur y Este, se inunden de igual forma, como la avenida Virgen del Rocío y calle Juan Illéscas Pavón.

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Mafias, ajustes de cuentas, secuestros, tráfico de drogas, armas y personas, asesinatos, etc. Y lo único que se le ocurre al Ayuntamiento de Marbella, dirigido por Ángeles Muñoz (Partido Popular) y Rafael Piña (Opción Sampedreña) es dedicar una plaza a la Policía Nacional. Que nunca está de más ser agradecidos pero, ¿dónde quedaron los refuerzos humanos, las nuevas comisarías para Marbella y San Pedro Alcántara, el aumento de medios materiales, la homologación de sueldos…? ¿Por qué no se ponen manos a la obra nuestros concejales y empiezan alguna vez a exigir al Gobierno Central todo aquello que el actual municipio necesita, requiere y, con creces, ha pagado con sus impuestos? Y no solo en el ámbito de la Policía Nacional, también se necesitan mejoras para la Guardia Civil, tanto en Marbella como San Pedro Alcántara donde, desde el año 1956 hasta 1990, tuvimos el servicio de la benemérita. Arrebatado durante los estertores del gobierno de Felipe González (PSOE) y el destructivo gilismo.

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Imposible decir que no sea evidente. La popularidad de todos y cada uno de los partidos políticos que han pactado con Opción Sampedreña, ha ido cayendo en picado desde 2015. El ansia de gobierno demostrada por PSOE, IU y PP en Marbella y San Pedro Alcántara, por encima del bien común de los ciudadanos, han dado al traste con un primer tripartito, al que nadie, fuera de las filas de cada uno de ellos, defendió cuando se produjo la denominada por la actual oposición, moción-traición. Tampoco, fuera de cada ámbito partidista, existe ahora quien defienda al actual bipartito sin sonrojarse o bajar la voz para que nadie le oiga defender lo indefendible.

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